Hay días...
Crespos, rebeldes, humeantes, revueltos, despojados de toda ansia, de todo sueño.
Días volteados al revés, como calcetín, molestando sus costuras a cada paso.
Días de irse con Cernuda, a donde habita el olvido; ser piedra sepultada entre ortigas sobre la que el viento escape a sus insomnios.