Azul es el mar, el cielo y el infinito. Un color que no clama ni hiere.
Durante 2012, esta sensación cromática fue predominante sobre las otras cinco que son básicas de la visión humana. Además de estar presente, como es usual, en la publicidad de productos de limpieza, líneas aéreas, vacaciones, aire acondicionado y agua embotellada; caracterizó artículos de alta tecnología, acciones gubernamentales, servicios bancarios y un sinfín de programas de la herramienta con mayor auge en lo que va del siglo: la Internet.
Los íconos de Explorer, Google, Facebook, Twitter, Instagram, Tumblr, Outlook, Skype, entre otros, son azules.
El marketing tiene sus razones: lo azul se asocia a la salud, la curación, la suavidad y la tranquilidad. Es percibido como confiable y seguro. Está vinculado al sexo, la felicidad y la alegría, el movimiento, lo suave y ligero.
Estudios científicos, como “Psicología del color” de Eva Heller, refieren que el azul es el color de la simpatía, la armonía, la fidelidad, la fantasía, el espíritu, la inteligencia, la paz y lo humano.
En el pasado mes, una edición semanal del The New York Times, tituló a un reportaje “La pureza inquebrantable del azul en la naturaleza”, en el que se cita al pintor Raoul Dufi, quien refirió que por mucho que se oscureciera o aclarara, el azul nunca dejaba de ser azulado.
2012 se vistió de azul, por la necesidad de afianzar las redes de comunicación en la sociedad, que no únicamente son instrumento de entretenimiento, también de unión en causas sociales con infinidad de reclamos legítimos. Así, la campaña de difusión de un video contra Joseph Kony, quien encara un posible arresto por cargos de lesa humanidad, luego de una campaña brutal durante 26 años, en la que ha intentado –fallidamente- derrocar el gobierno de Uganda.
Dicho video, subido a You Tube en marzo de 2012 por la organización “Invisible Children”, hasta este pasado lunes había sido visitado 94’491,592 veces.
El año por culminar fue azul, al evocar la paz como una necesidad urgente de implantar en medio de tanta turbulencia. La guerra civil en Siria, que ha cobrado miles de muertes; los ataques de Israel contra la Franja de Gaza, en Palestina, con centenares de personas muertas y heridas.
Otros actos de violencia, el enfrentamiento entre seguidores de dos equipos de futbol egipcios, que causó 74 muertos y 248 lesionados; las tantas víctimas colaterales del narcotráfico en México y otras partes del mundo.
De azul se vistió el planeta durante 2012 al afianzar algunas acciones sobre el cuidado del medio ambiente, que frenen sus devastadoras reacciones, como el huracán Sandy y el terremoto en Azerbaiyan. El “año internacional de la energía sostenible para todos” y el “Año internacional de las cooperativas” fueron temas colocados por Naciones Unidas, no solo para reflexionar, también para actuar.
La economía global, azul como las arterias, pero con un exiguo flujo financiero, que está llevando a varias naciones al borde del colapso.
La ciencia tuvo durante el presente año grandes descubrimientos e inventos que constatan lo infinito (y azul) que es el conocimiento humano; así, el “Bosón de Higgs”, llamado mediáticamente “la partícula de Dios”, construyendo el más grande acelerador de protones de la historia con avances tecnológicos y experimentales asombrosos. El mecanismo que controla el crecimiento de los axones. El hallazgo del exoplaneta Alfa Centauro Bb (planeta de masa similar a la Tierra en el sistema solar más cercano).
Azul como impresión de lejanía; en este caso, se fueron de la vida terrenal durante 2012, personajes memorables como Carlos Fuentes, Chavela Vargas, Lucio Dalla, Whitney Houston, Antonio Tabucchi, Neil Armstrong, Ravi Shankar, entre otros.
Diversos tonos de azul en la vida de cada uno de nosotros, no siempre en el primer cuadro, sino como un aroma continuo y discreto de gran gozo.
Se cierra un año que se vistió de azul, como el título de la memorable obra de Rubén Darío, concluyendo con una de sus estrofas este recorrido: “Huye el año a su término, como arroyo que pasa, llevando del poniente luz fugitiva y pálida […] El vuelo del recuerdo que al espacio se lanza, languidece en lo inmenso del azul, por do vaga”.
2013 tendrá su particular color.
Ojalá sea... verde esperanza.