De la vida y sus hipotenusas


Lo escuché hoy en una mesa con sombrilla, disfrutando un café con amigos.
"Las matemáticas definen a muchos la vida".
Y, sí.
Lo corroboro con mi caso y el muchas personas más que conozco.
Seleccioné una carrera profesional que mantuviera a las matemáticas lejos [deseaba cursar arquitectura, pero implicaba una convivencia cercana con números, fórmulas, etc., así que desistí de esa aspiración].
Estudiar derecho, y luego continuar preparación por la vertiente penal, ha definido una importante parte de mi vida: es lo que practico día con día, genera la satisfacción de necesidades materiales, es una pasión que abona a mi flama interior, ha posibilitado el acercamiento con amistades del contexto, entre otras circunstancias.
Si hubiese tenido facilidad para comprender las matemáticas, estaría en un panorama distinto, no sé si mejor o peor, pero definitivamente: otro.
Lo que no sabía, es que a las matemáticas no se les puede rehuir del todo.
Se les encuentra, aunque de modo abreviado o superficial, por todas partes.
Al hacer planeación financiera del hogar, estimaciones de distancia y tiempo, cálculo de sanciones a aplicar, y un sinfín más de acciones.
Pese a que las matemáticas no son mi fuerte, siempre he querido llamarle 'Arquímedes' a un ser vivo. Se salvó mi hija, por su sexo. Pero no alguna mascota que llegue a casa y tenga algunos rasgos de genialidad.
Otras opciones que me dió un amigo son los nombrer 'Esfera' y 'Cilindro', que finalmente aluden a ese gran matemático de Siracusa.
Pitágoras, Pascal, Baldor son también posibilidades.
Tan renuente a la ciencia, y tan cercana a sus baluartes.
¡Qué vida!