Sueño con serpientes

“Soteuela”. Almonte, Valentina. (Acosta, 2021). Colección particular.

A mis casi 54 años, sueño con serpientes. Cada vez más. 

Las mato, y aparece una mayor.

“… Ésta al fin me engulle, y, mientras por su esófago paseo, voy pensando en que vendrá, pero se destruye cuando llego a su estómago, y planteo con un verso una verdad…”(Rodríguez, Silvio. Album “Días y flores”. 1978).

Matando serpientes, vestidas de pesadillas, voy a diario. Lo que no hice, aquello que permití. Han pasado tantos años: y no logro despedir esos pequeños infiernos. 

Evitaré nombrar, hoy, a Bertold Brecht, porque aunque he luchado toda la vida, no me siento imprescindible. Soñamos con serpientes los que somos buenos, y los que no. Quienes alumbran, y son oscuridad. Los valientes y cobardes. 

En la infancia, algunos vivimos momentos violentos, abusivos, de miedo, y no siempre se logran olvidar. Ponemos una especie de pegamento invisible, para que los demás no lo noten. O si ven las roturas, se sorprendan con la reparación de oro. Como el jarrón japonés. La técnica del “kintsugi”. La filosofía que se centra en unir las piezas mediante una resina rociada con polvo de oro, plata o platino.

  1. La fractura
  2. El armadom
  3. La espera
  4. La reparación
  5. La revelación

Habrá fisuras brillantes, estéticas, hermosas o figurativas.


No son las mías.


Con los años, no se corta uno en decir que se sueña con serpientes.


Como en épocas anteriores.


La infancia: el temor, el abuso, la violencia.


La adolescencia: más temor, inseguridad y violencia,


Una vida por fin, medianamente, tranquila, pero sigo soñando con serpientes.


A la vez, sigo buscando la escafranda al pie del mar de los delirios.

Gracias, Silvio.

Hombre con traje

Llegado el día, este hombre eligió su mejor traje, y salió de casa.
Es posible que desde joven tuviera presente uno de los consejos de su madre: que la pulcritud en la vestimenta era importante, independientemente del lugar al que se fuese. 
Quizá luego, vestir de traje le fue común en días de trabajo y ocasiones especiales, como bodas, funerales, bautizos o cuando se intenta poner a salvo la vida.
Es extraño (y desgarrador) ver a una persona con ropa formal en medio de un campo de siembra; máxime cuando se huye de una guerra, y se prevé que se pasarán noches a la intemperie, madrugadas con frío y tardes con bochorno, antes de llegar a un refugio donde se pueda sentir algo de paz.
*Refugiado sirio, intentando cruzar por Hungría, para llegar a Austria, el 8 de septiembre de 2015.
(Fotografía captada del Telediario matutino de Radio Televisión Española. 9.09.2015, en su versión en video).






De personas entrañables, como mi tío Toño

Al formar parte de una familia numerosa, me acostumbré desde la infancia a que varios de mis tíos y tías del lado paterno, al saludarme, no me identificaran por mi nombre; incluso, me preguntaran "¿tú de quién eres?". De "Eugenio", era siempre la respuesta.
Con el paso del tiempo los comprendo, porque a veces me ocurre lo mismo.
De todos esos hermanos y hermanas de mi padre que conocí -más de quince- guardo especiales recuerdos. Por ejemplo, los que siempre me daba gran gusto ver: Manuel y Gela. Otros de singular personalidad que admiraba: Enrique y Vicente; cariñosas y con sentido del humor: Nora y Pilar; activos y solidarios: Carlos, Ángel, Feliciano, entre otros.
Uno que veía -desde niña- siempre apuesto y con un caminar elegante, era mi tío Toño.
No fue en mi infancia ni juventud cuando tuve oportunidad de tratarle.
Pasaron varios años para descubrir en Antonio Revuelta a una persona con quien compartiría, además de la misma profesión, varias amistades, momentos y lugares predilectos, como las cafeterías de los portales.
Mi tío Toño, abogado postulante, con quien un día logramos que la justicia federal decretara la libertad de un campesino de escasos recursos que disparó en defensa propia; profesor del Instituto Estatal de Formación Policial, razón para coincidir en buenas amistades como don Panchito -el mejor armero e instructor de tiro en Michoacán- y el atento licenciado Carlos Vega.
En su faceta de chef por pasión, que comenzó con 'La Cabaña Pasiega' y terminó con 'La Revuelta', muchos gozamos de sus recetas (secretas) para preparar chamorros, carnitas, lengua, uchepos y mágicas bebidas digestivas. 
Recuerdo un día que compartimos con mi amigo Jaime y otras estimadas personas, viandas inusuales a base de venado, huilotas y jabalí, que con tanto entusiasmo preparó. 
Asimismo, esas veces que asistía de invitado especial, chef y tío (todo a la vez) a eventos familiares, y nos deleitaba con su presencia y platillos. En su establecimiento celebré hace tiempo mis cuarenta años, y con su ayuda, algunos festejos para mi hija. 
Por la confianza, cariño y cercanía, fue el único tío de quien me despedí al venirme a vivir a España; también a quien le presenté personalmente al que hoy es mi compañero y esposo. Creo que le simpatizó.
Don Antonio Revuelta, hermano de mi papá, con quien tuve la fortuna de congeniar más de lo que puede esperarse de un tío. 
No fue un santo, tampoco un demonio (simplemente, como tú o como yo, con defectos y virtudes).
Un hombre que se sentía dichoso por tener buenos hijos y cariñosos nietos, grandes amigos para compartir especiales momentos, además de disfrutar otras actividades, entre ellas, expresiones del arte, como la música (clásica, folclórica e instrumental) y pintura.
Sonreía de lado, mostrando en ese gesto un sabor intenso como el de su salsa de cacahuate; era generoso y creativo como su legendario "pico de gallo".
A mi querido tío Toño lo recordaré cercano y cordial, a veces serio, otras contento, pero siempre confiable; él, quien sí conocía el nombre de mi hija y la llamaba por su nombre.
Por la distancia, no me será posible asistir a sus exequias, tampoco me vestiré de luto ni pondré un crespón negro en mi emblema, porque ese tipo de expresiones no me van; no obstante, mi tío tendrá presencia en mi memoria y vivencias, hasta que sea momento de subirse al mismo tren que un día tomó mi padre, los abuelos, la mayoría de mis tíos, algunos primos y también, varios buenos amigos.
Así la vida; instantes que se almacenan entre la feliz llegada y la triste partida.


De la música nuestra de cada día

Hubo un tiempo en que seleccionar la música que quería escuchar era sencillo, porque no había mucho para elegir; era buscar entre los discos de vinilo de mis padres, uno que otro propio, sacarlo de la caja y colocar la aguja.
En la época de la cinta o cassette, la radio amplió las opciones, porque era sentarse cerca del aparato y grabar aquellas canciones que agradaban, cuidando que no se colara la voz del locutor ni los anuncios. Luego, escribir en las etiquetas el contenido, que era siempre semejante: "música variada", "romántica", "clásica", "trova", "en inglés" y guardarlos en cajas de zapatos.
Con la llegada del disco compacto, que coincidió con la posibilidad de adquirirlos, llené libreros, repisas y cajones. Tenía temporadas que los escuchaba por género, otras por orden alfabético, país de origen, también sin sistema, como colocar aquellos discos que se habían fugado de sus cajas.
La entrada de dispositivos digitales como mp3, puertos USB y otros artilugios semejantes, me extasió, por la posibilidad de escuchar y portar en un pequeño mecanismo toda la música que tenía en casa, en la oficina, el vehículo, también aquella con la que había soñado y no lograba conseguir en disco compacto, adicionándose la que no conocía; sin embargo, al paso del tiempo, me abrumó un poco, apoderándose de mi el "síndrome del clic", pues estaba escuchando una pieza, y antes que terminara saltaba a la siguiente. Era tanta, que podía hacerlo sin temor a que repitiera en meses.
Recientemente descubrí un nuevo modo de escuchar música.
Se trata de una aplicación gratuita, que además de contar con un banco de música bastante amplio, tiene listas de reproducción para cualquier tarea que se haga o estado de ánimo.
Música para estudiar, cocinar, trabajar, relajarse, planchar, caminar, correr, desaparecer, volar, soñar, pintar, barrer, escribir, viajar, tener sexo, bailar, dormir, meditar, llorar, cenar, despertar, leer, ducharse, motivarse, etc. También para el verano, primavera, navidad, otoño, vacaciones, lunes, sábados, mañanas, tardes, bebés, noches, adultos, elevadores, "ad infinitum".
Es agradable dejarse llevar por la sorpresa que encierra una etiqueta.
No sé cuánto tiempo me dure el interés por Spotify, pero mientras tanto lo disfruto.

Del camino que se sube y se baja


Bosque de Lizarrusti, en domingo de abril ligeramente soleado.

Escribió el poeta:

"Hay que andar por el camino
posando apenas los pies;
hay que ir por este mundo
como quien no va por él.

La alforja ha de ser ligera,
firme el báculo ha de ser,
y más firme la esperanza
y más firme aún la fe [...]

(Amado Nervo, 1914)


Parecía fácil -al inicio- ascender las colinas del bosque de Lizarrusti, mas unas pendientes algo caprichosas casi se interponen. Felizmente, la vista de desfiladeros, hayas y un túnel de roca, colaboraron para llegar al embalse de Lareo.



Que en las subidas no nos abandone la esperanza ni la fe -como dice el poeta- así cada uno de los descensos serán, además de motivo de satisfacción y alegría, razón para planear el siguiente reto. 

La vida es también así.

De gallos y veletas

Foto tomada en el caserío de Kortezubi, provincia de Vizcaya.


“De Dios es el gallo digna criatura
y él es del presbítero típica figura
sobre el templo el gallo, contra el viento erguido
alza la cabeza y está prevenido,
así el sacerdote, cuando el diablo venga,
que por su grey pelee y al dragón detenga.
El gallo es el único entre las aves
que oye de los ángeles los conciertos suaves
y nos amonesta a que mal no hablemos
y que los celestes misterios gustemos”.

                            (Estrofa de poema anónimo del siglo XII. Catedral de Oeringhen, Alemania)

Aunque hoy en día existen veletas con variadas formas, el gallo sigue siendo una figura tradicional en tejados de casas e iglesias.
Sobre su origen, se dice que simboliza la luz porque su canto anuncia la salida del sol.
También la custodia, vigilancia y supremacía de lo espiritual sobre lo material.
Disfruto las veletas, al igual que las copas de los árboles, porque son motivos que llevan luego a mirar el cielo.

Sueño con ovejas


 
Sueño con ovejas, como Silvio soñaba con serpientes.
Resido actualmente en una zona donde la cría de este animal es común, y no obstante lo frecuente que es observarlas en los campos de los alrededores, su forma y color, que contrasta con el verde de la hierba, me cada imaginar cada vez que las veo que son nubes descansando en la pradera o que fueron colocadas ahí -a modo de elementos tridimensionales- por un ilustrador de cuentos infantiles.
Como consecuencia de que en estas tierras se críen tantas ovejas, en los supermercados existen pasillos completos exhibiendo sus derivados (carne, leche y el queso que se produce a partir del lácteo). El comercio de su piel y pelaje (lana) se realiza en ámbitos industriales.
Dentro de la especie “ovis orientalis aries”, se encuentra la oveja –hembra- y el carnero-macho con largos cuernos-. Sus crías se denominan corderos; pasados los ocho meses, borregas o borregos. Después del primer año, hasta su etapa final, que es entre dieciocho y veinte años, reciben diversos nombres según el sexo y desarrollo o desgaste de su dentición.
Ahora bien, dentro de las referencias a esta especie, está el vellocino de oro de la mitología griega, carnero alado con un significado especial, lo que propició su búsqueda.
En el cristianismo, el cordero de Dios (Agnus Dei) está vinculado a Jesucristo como víctima ofrecida en sacrificio de los pecados de la humanidad, a semejanza del cordero consumido por los judíos durante la conmemoración anual de la pascua.
En la Biblia, se menciona a la oveja 289 veces, y al cordero 180. A la primera se le usa como figura de la persona indefensa o mansa, proclive a extraviarse, por lo que necesita ayuda o inducción para volver al redil.
En otros contextos, existen fábulas donde lobos se visten de ovejas para engañar, frases como “la oveja negra” utilizada para denominar a quien es diferente dentro de una familia o colectividad; otras más simples como “Cada oveja con su pareja”; “La abeja y la oveja en abril la pelleja dejan”.
El sonido que hace esta especie (be) es la razón que origina la onomatopeya “balido”.Asimismo, la tarea de reunir, dirigir y proteger el rebaño es lo que define al perro ovejero, como las razas border collie, boyero de Flandes, ovejero de Brie, belga, alemán y shetland.
La oveja tiene la distinción de ser el primer mamífero clonado en el mundo, a partir de una célula adulta. Recordemos a Dolly, nacida en 1996 en Escocia y sacrificada en el año 2003 debido a una afección pulmonar.
Hay también ovejas saltando en la cabeza de quien desea dormir. En realidad, esta práctica no ayuda a conciliar el sueño, según una investigación de la Universidad de Oxford, dado que es más favorecedor para ese objetivo imaginar escenas relajantes que repetitivas.
No encuentro mejor forma de concluir este tema, que con esta genial fábula de Augusto Monterroso, cuya moraleja cada quien la extraerá:
"En un lejano país existió hace muchos años una oveja negra. Fue fusilada. Un siglo después, el rebaño arrepentido le levantó una estatua ecuestre que quedó muy bien en el parque. Así, en lo sucesivo, cada vez que aparecían ovejas negras eran rápidamente pasadas por las armas para que las futuras generaciones de ovejas comunes y corrientes pudieran ejercitarse también en la escultura.”

Lo que también nos define


Ideas, tono de voz, prioridades, tipo de peinado, calzado, prendas de vestir y un sinfín más de elementos define lo que somos.
Esto va desde el 'yo interior' hasta el aspecto más exterior que mostramos, sin que pueda excluirse el tema del hogar, lugar que habla de nuestras preferencias: tipo de muebles, electrodomésticos, modo de apilar las toallas, de acomodar libros o discos, entre otros.
Existe dentro del lugar donde vivimos un objeto que además de cumplir con su función de conservar los alimentos, muestra intereses propios, como son los recuerdos, las esperanzas, las tareas pendientes o bien, prescripciones que intentamos cumplir.
Refrigerador, nevera, frigorífico, freezer -el nombre que le demos es lo de menos- lo interesante es lo irresistible de su superficie de lámina que permite hacer un colage de nuestra vida diaria.
Ello se hace posible a través de los imanes de múltiples formas y colores (de origen variopinto como son los viajes propios o de miembros de la familia o amistades) que muestran fragmentos de ciudades o países: Londres, Nueva York, Ixtapa, Madrid, Ámsterdam, México, Costa Rica, Buenos Aires o Acapulco; teléfonos de restaurantes, taxis, farmacias; termómetros, calendarios, etc.
Hay quienes colocan únicamente imanes, otros utilizan estas figuras magnéticas para colgar dibujos de los pequeños del hogar, lista de la compra, mapas o cualquier tipo de documento que les signifique algo.
También suelen colocarse letras del abecedario, rompecabezas, ganchos para colgar, destapadores.
Habrá quien no ponga nada en este electrodoméstico, y significará quizá algún rasgo de su personalidad.
Independientemente del número de imanes, de su origen, así como del contenido de los otros objetos que coloquemos, es curioso que exista sobre la superficie del objeto más frío del hogar, una alegoría a lo que nos resulta cálido: el amor de quien nos recordó en su viaje, la importancia que tienen las actividades de las personas de nuestro entorno, los teléfonos de emergencia o servicios que pueden proporcionarnos bienestar o, simplemente tener a la vista una indicación que se comparte con los de casa.
Los objetos... también nos definen.

2012: el año que se vistió de azul


Azul es el mar, el cielo y el infinito. Un color que no clama ni hiere.
Durante 2012, esta sensación cromática fue predominante sobre las otras cinco que son básicas de la visión humana. Además de estar presente, como es usual, en la publicidad de productos de limpieza, líneas aéreas, vacaciones, aire acondicionado y agua embotellada; caracterizó artículos de alta tecnología, acciones gubernamentales, servicios bancarios y un sinfín de programas de la herramienta con mayor auge en lo que va del siglo: la Internet.
Los íconos de Explorer, Google, Facebook, Twitter, Instagram, Tumblr, Outlook, Skype, entre otros, son azules.
El marketing tiene sus razones: lo azul se asocia a la salud, la curación, la suavidad y la tranquilidad. Es percibido como confiable y seguro. Está vinculado al sexo, la felicidad y la alegría, el movimiento, lo suave y ligero.
Estudios científicos, como “Psicología del color” de Eva Heller, refieren que el azul es el color de la simpatía, la armonía, la fidelidad, la fantasía, el espíritu, la inteligencia, la paz y lo humano.
En el pasado mes, una edición semanal del The New York Times, tituló a un reportaje “La pureza inquebrantable del azul en la naturaleza”, en el que se cita al pintor Raoul Dufi, quien refirió que por mucho que se oscureciera o aclarara, el azul nunca dejaba de ser azulado.
2012 se vistió de azul, por la necesidad de afianzar las redes de comunicación en la sociedad, que no únicamente son instrumento de entretenimiento, también de unión en causas sociales con infinidad de reclamos legítimos. Así, la campaña de difusión de un video contra Joseph Kony, quien encara un posible arresto por cargos de lesa humanidad, luego de una campaña brutal durante 26 años, en la que ha intentado –fallidamente- derrocar el gobierno de Uganda.
Dicho video, subido a You Tube en marzo de 2012 por la organización “Invisible Children”, hasta este pasado lunes había sido visitado 94’491,592 veces.
El año por culminar fue azul, al evocar la paz como una necesidad urgente de implantar en medio de tanta turbulencia. La guerra civil en Siria, que ha cobrado miles de muertes; los ataques de Israel contra la Franja de Gaza, en Palestina, con centenares de personas muertas y heridas.
Otros actos de violencia, el enfrentamiento entre seguidores de dos equipos de futbol egipcios, que causó 74 muertos y 248 lesionados; las tantas víctimas colaterales del narcotráfico en México y otras partes del mundo.
De azul se vistió el planeta durante 2012 al afianzar algunas acciones sobre el cuidado del medio ambiente, que frenen sus devastadoras reacciones, como el huracán Sandy y el terremoto en Azerbaiyan. El “año internacional de la energía sostenible para todos” y el “Año internacional de las cooperativas” fueron temas colocados por Naciones Unidas, no solo para reflexionar, también para actuar.
La economía global, azul como las arterias, pero con un exiguo flujo financiero, que está llevando a varias naciones al borde del colapso.
La ciencia tuvo durante el presente año grandes descubrimientos e inventos que constatan lo infinito (y azul) que es el conocimiento humano; así, el “Bosón de Higgs”, llamado mediáticamente “la partícula de Dios”, construyendo el más grande acelerador de protones de la historia con avances tecnológicos y experimentales asombrosos. El mecanismo que controla el crecimiento de los axones. El hallazgo del exoplaneta Alfa Centauro Bb (planeta de masa similar a la Tierra en el sistema solar más cercano).
Azul como impresión de lejanía; en este caso, se fueron de la vida terrenal durante 2012, personajes memorables como Carlos Fuentes, Chavela Vargas, Lucio Dalla, Whitney Houston, Antonio Tabucchi, Neil Armstrong, Ravi Shankar, entre otros.
Diversos tonos de azul en la vida de cada uno de nosotros, no siempre en el primer cuadro, sino como un aroma continuo y discreto de gran gozo.
Se cierra un año que se vistió de azul, como el título de la memorable obra de Rubén Darío, concluyendo con una de sus estrofas este recorrido: “Huye el año a su término, como arroyo que pasa, llevando del poniente luz fugitiva y pálida […] El vuelo del recuerdo que al espacio se lanza, languidece en lo inmenso del azul, por do vaga”.
2013 tendrá su particular color.
Ojalá sea... verde esperanza.

Eres...

A quien le escribió Walt Whitman, en sus "Hojas de Hierba".
La persona que idealizó Martín Buber, en el yo, tú y nosotros.
Por quien se quedó en vela: Tchaikovsky.
A quien se te aconsejó no fueras alguien más de la gran bruma: José Ceniceros.
El que te develó secretos de la vida: Ortega y Gasset.
Eres.
Y hasta una canción te hizo un cantante pasado de moda, que no deja de tener sentido.
http://www.youtube.com/watch?v=-jsi23AkpTg
Pd. Eres, mi razón y complemento Miguel Lorente.


   

¿Un buen fin?

El ‘Black Friday’ de Estados Unidos de América, iniciado en 1966, y generalizado en 1975 -como se sabe- ocurre enseguida del Día de Acción de Gracias, que se celebra el cuarto jueves del mes de noviembre, caracterizándose por significativas rebajas en los almacenes, que pasan de números rojos a números negros.
En México se imita dicho programa desde el año pasado: “El buen fin”. Para la emisión 2012, el ramo empresarial espera una mayor obtención de ganancias que las del anterior.
De acuerdo a la información que se difunde al respecto, algunas instituciones públicas y empresas adelantarán aguinaldos y gratificaciones de fin de año a sus trabajadores. Se busca –dice el coordinador general del comercio organizado- darle una sana inyección a la economía y reactivar el mercado interno con beneficios concretos a los consumidores.
Paralelamente a esos propósitos, existe la innegable realidad de que el ritmo de la actualidad hace imparable la industrialización en masa de artículos -merced al ansía de novedad de la sociedad y al uso de la propia tecnología- los que deben ser rápidamente sustituidos por otros, situación que obliga a venderlos de un modo apresurado.
Pero, cuál autoridad cuida que no se engañe a los consumidores respecto la veracidad de descuentos en la mercancía que se ofrece. Promociones del treinta, cincuenta o hasta setenta por ciento de descuento son casi irresistibles, ¿serán reales?
Se crea la ilusión de un paraíso de óptimas circunstancias de compra de objetos de diversa índole -una especie de engaño comercial anual- auspiciado tanto por las instancias gubernamentales como por la iniciativa privada, adelantando la temporalidad de los patrones de consumo. De acuerdo a la información que circula sobre el tema, el programa resulta atractivo para el 68 por ciento de los mexicanos, quienes confían en realizar compras mayores a los cinco mil pesos.
¿Y cuando llegue la época navideña que tiene de suyo un marcado afán de compra, habrá suficiencia económica en los bolsillos de los ciudadanos, si a muchos de ellos les fue adelantado el aguinaldo, o en su defecto, compraron a crédito objetos que tarde o temprano deberán pagar?
Quienes no cuentan con una disciplina o educación financiera, ¿podrán sobrellevar cómodamente un sobreendeudamiento que puede adelantar la cuesta de enero al mes de diciembre?
Las casas de empeño, que tampoco tienen una verificación precisa de parte de las instancias competentes, serán quizá las “beneficiadas finalmente” de los excesos de un programa plagiado que se aplica en un país, cuyos habitantes, en su mayoría, no cuentan con economías sanas en lo particular y familiar.
La Procuraduría Federal del Consumidor se limita a exhortar a la población -dado que mayor espectro no cubre- a ejercer un consumo inteligente y erradicar las compras compulsivas, recomendando identificar las verdaderas necesidades, planear con anticipación las compras de bienes y servicios e informarse de las promociones existentes.
Pero como en este país se goza de diversas libertades (felizmente), cada uno hará del siguiente fin de semana lo que decida.
"Corto y memorable, profundo y brillante; simple y único; impactante, perdurable, creíble y relevante".
De esta definición que hace Luis Bassat sobre el eslogan, me ocuparé cuando haya uno más creativo que el mencionado.

Lecciones para el otoño

 
1. De los árboles:
Desprenderse de lo que no se necesita.
Los árboles reducen la producción de clorofila para enfrentar el invierno.
Sus hojas se colorean de amarillos y marrones, y una vez que se sueltan,
bailan con el viento.
2. De las aves:
Proteger lo que es importante y no olvidar dónde se encuentra.
Los cascanueces, pájaros que viven en los bosques del hemisferio norte,
almacenan su alimento durante el otoño en diversos puntos de su hábitat,
para luego, en pleno rigor invernal,
pese a las densas capas de nieve, recuperarlo.
3. De la luna:
Aprovechar la luminosidad de los instantes.
La luna de la cosecha (septiembre), del cazador (octubre) del castor (noviembre)
y la fría o de las largas noches (diciembre), forman parte de un eterno movimiento.
4. Del clima:
Las condiciones climatológicas del otoño favorecen expresiones como la música,
el teatro, la ópera o los simples paseos por calles cubiertas de ocres y escarlatas.

            ¡Disfrutar la progesividad de la vida, la magia del encuentro!

Entre el relámpago y el trueno

Desde la montaña,
reclamó el relámpago al trueno:
¿Por qué siempre me opacas,
y a las tinieblas espantas con tan rudo frenesí?
Soy la luz que avisa, pero hasta que se hace sonido,
las personas toman consejo de tan vehemente tronido.
¿Qué privilegio hay en ti,
a qué ley de injusta guerra
llegas a la tierra,
siempre, extrañamente, eclipsándome a mí?
Vienes previamente -responde el trueno- impasible,
soy el sonido, no la chispa, ni luz,
el sonoro hueco;
en ti se fija la idea.
pero la humana ralea
que siempre el dolor fascina
desprecia lo que ilumina
y admira lo que vocea.

[Texto encontrado hoy, al poner orden en baúl de documentos importantes y apuntes sueltos; justamente en tiempo de luces y sonidos en el cielo, como esta noche].


Trilogías


Tres mosqueteros, tres cerditos, tres mundos nos habitan según Platón [razón, voluntad y deseo].
Tres etapas: infancia, madurez y vejez.
El poder en una democracia -en teoría- dividido en tres.
Tres los colores primarios, los principales personajes del quijote, los integrantes de la divina trinidad, las familias básicas de instrumentos musicales y corrientes en el arte.
Y tres las características que debemos desarrollar a través de nuestra vida, para hacerla congruente, lúcida, sensata o del modo que se le quiera denominar: serenidad, valor y sabiduría.
Fue Francisco de Asís, quien independientemente de su vocación religiosa, aportó luces al campo de la filosofía de la vida.
Es él quien nos convocó, desde la noche de los tiempos, a aceptar lo que no podemos cambiar, valor para lo que es posible y, sabiduría para reconocer la diferencia.
Tres. Un número impar.

Del arte de vivir

De niños perdimos, además de piezas de rompecabezas o dientes, una que otra ilusión. Más tarde perdimos la inocencia, el sueño de juventud, un paraguas, un bolígrafo, un botón.
En la etapa adulta las pérdidas comienzan a agudizarse: llaves, sueños, credenciales, carteras, un amor, calcetines, amigos; la firmeza de la piel, la suavidad de los talones, la capacidad visual, la brillantez y oscuridad del cabello; el delirio, el temblor, la ecuanimidad y la paciencia.
Al igual que sacude la flor sus pétalos, un árbol sus hojas o un verano su ardor, los seres humanos vamos viviendo y perdiendo una y otra cosa perennemente: vínculos, objetos, sensaciones, cualidades, sentidos.
Quien quiera saber un poco de vivir, recomienda Savater, debe adiestrarse en olvidar, hacerse perito en despedidas, aprender a renunciar con más alegría que resignación.
Aquello que permanece, se logra o conquista, no precisa de fórmulas paliativas, únicamente se disfruta hasta la última gota.

14 años de resistencia


Durante este tiempo, sentí extraña singularidad por no sumarme a presenciar la cinta que, en su momento, fue considerada la producción más costosa de todos los tiempos.
Rebeldía a sus 11 premios de la Academia; a no agradarme ni el galán de la historia ni la canción emblemática.
Nada me interesó de la película, certeza que superó una década y prosiguió en el tiempo.
Pero cómo iba a imaginar que la curiosidad infantil por los fenómenos naturales, incluidos los icebergs, iban a provocar, no únicamente que me sentara a ver ese filme 195 minutos de mi existencia, también:
- Buscar disco en versión original y traducida, hasta encontrarlo.
- Identificar lecturas de información técnica, para hacer frente a preguntas.
- No entender una broma, de momento, de que no revelase el desenlace después de ver el filme.
Como consecuencia extrema, pronunciar esta mañana, con vehemencia: ¡Si tú saltas, yo salto!
Y en la causa y efecto, mis amores: lo único que podía justificar mi dimisión de ese ‘petite comité.  
La lección se constata: 'Never say never again'.
He visto ‘Titanic’, hace un par de semanas, lo confieso.

De la vida y sus hipotenusas


Lo escuché hoy en una mesa con sombrilla, disfrutando un café con amigos.
"Las matemáticas definen a muchos la vida".
Y, sí.
Lo corroboro con mi caso y el muchas personas más que conozco.
Seleccioné una carrera profesional que mantuviera a las matemáticas lejos [deseaba cursar arquitectura, pero implicaba una convivencia cercana con números, fórmulas, etc., así que desistí de esa aspiración].
Estudiar derecho, y luego continuar preparación por la vertiente penal, ha definido una importante parte de mi vida: es lo que practico día con día, genera la satisfacción de necesidades materiales, es una pasión que abona a mi flama interior, ha posibilitado el acercamiento con amistades del contexto, entre otras circunstancias.
Si hubiese tenido facilidad para comprender las matemáticas, estaría en un panorama distinto, no sé si mejor o peor, pero definitivamente: otro.
Lo que no sabía, es que a las matemáticas no se les puede rehuir del todo.
Se les encuentra, aunque de modo abreviado o superficial, por todas partes.
Al hacer planeación financiera del hogar, estimaciones de distancia y tiempo, cálculo de sanciones a aplicar, y un sinfín más de acciones.
Pese a que las matemáticas no son mi fuerte, siempre he querido llamarle 'Arquímedes' a un ser vivo. Se salvó mi hija, por su sexo. Pero no alguna mascota que llegue a casa y tenga algunos rasgos de genialidad.
Otras opciones que me dió un amigo son los nombrer 'Esfera' y 'Cilindro', que finalmente aluden a ese gran matemático de Siracusa.
Pitágoras, Pascal, Baldor son también posibilidades.
Tan renuente a la ciencia, y tan cercana a sus baluartes.
¡Qué vida!

La caja misteriosa


"No podemos reinventar la rueda, pero somos capaces de imaginar", Foster dixit.
Es lo que ofrece la 'mistery box'.
¿A quién no le agrada un buen misterio?
No importa lo que hay dentro, es la mitad de la diversión.
'Foster': genial filme dirigido por Jonathan Newman (Inglaterra, 2011).
La mayestática Toni Collete (personaje central de Muriel's Wedding, 1994, predilecta película); el pequeño Maurice Cole y otros personajes, hacen de esta comedia-drama, una delicia.
Largometraje premiado en distintos festivales de cine, no los de siempre.
Interesante opción.
Inmejorable aportación.

Mafalda (50 años de tener 7)


Apasionada de las historietas en la infancia, me acompañaron en aquellos tiempos: Lulú, Periquita, Lorenzo y Pepita, Gasparín, Riqui Ricón, Donald, Copete, Hugo, Paco y Luis, Madame Mim, Archie, Torombolo, Sal y Pimienta, la Zorra y el Cuervo, entre otros personajes.
Con Mafalda, a quien veía en las vitrinas de la librería que solía visitar con mis padres, no tuve trato estrecho en aquellos tiempos. Más de una vez hojee las ediciones apaisadas de sus tiras y no les entendí.
Pasaron los años.
Cuando comencé a leer a Herman Hesse, Ortega y Gasset, Jostein Gaarder, encontrándome en un nuevo mundo de revelaciones, me regalaron una taza que hasta ahora conservo –y en este momento contiene mi café-. Es de Mafalda, cinco escenas distintas, columpiándose feliz, hasta que ‘pone los pies en la tierra’, y es cuando dice que se acaba la diversión. Dentro de la taza, Libertad, la amiga de Mafalda refiere: ¡Lo que es ser realista!
De ahí nació mi pasión por Mafalda, comprando en Sanborn’s, en la medida de lo posible, esas ediciones apaisadas que leía y volvía a leer.
En 2010 cumplí 40 años, y un querido amigo me regaló la edición ‘Toda Mafalda’. Como su nombre lo indica, son todas las tiras que Quino hizo sobre ese inmenso personaje.
Me gusta Mafalda por su filosofía de la vida, su genial sentido del humor, curiosidad y claridad en sus ideas. También porque le preocupa el mundo, como a mucho de nosotros, y lo que hacemos al respecto, no es suficiente.
Es curioso que Quino, en un contexto político determinado, haya podido percibir tanto del presente universal y porvenir. Seguimos con las agujetas mal amarradas, tropezándonos con nuestros mismos pasos.
Los personajes de las tiras de Mafalda muestran, de un modo divertido, diversas formas de ser de los adultos: el afán de riqueza de Manolito; el carisma de Felipe, así como su angustia permanente; la envidiosa y egocéntrica Susanita; las deducciones ingenuas de Miguelito; la sencillez de Libertad; la inocencia y rebeldía de Guille; y por supuesto, los padres de Mafalda, una ama de casa que abandonó sus estudios para casarse y un agente de seguros; ambos responsables, amorosos y, comúnmente en aprietos con las preguntas de su hija.
50 años de Mafalda. ¡Gracias Quino!
Que sigan subsistiendo tantas ideas, y... las hagamos realidad.

“¿Y si en vez de planear tanto voláramos un poco más alto?”

Pd. Recomendable el artículo de Leila Guerriero sobre tema de Mafalda y su aniversario, en

De la libertad y distintos vuelos

En la infancia, por pasión de mis padres a la lectura, existían siempre libros y revistas en casa.
Destaco ahora un par: ‘Juan Salvador Gaviota’ y ‘Ningún lugar está lejos’, de Richard Bach.
Aunque en ese periodo de mi vida no entendía del todo la intención espiritual de esas fábulas, sí me recreaba en las imágenes de tales ediciones, así como en algunas frases que abonaron a la idea de libertad que ha ido forjando y direccionando mi existencia.
Esto viene a mención porque recientemente vi la película “Juan Salvador Gaviota”, de la que no tenía información que existiera.
Sorprendida de que esa pieza magistral, con grandiosos efectos, haya sido filmada en 1973, producida y dirigida por Hall Bartlett. Nominada al Oscar, con una banda sonora del legendario Neil Diamond, ganadora de un Grammy y un Globo de Oro.
Paralelamente, confirmar que mi concepto sobre las gaviotas (tengo percepción semejante con las palomas), no son las aves ideales con las que se debería representar la libertad y la paz, respectivamente.
Ambas especies son belicosas, de hábitos sucios y generadoras de circunstancias que deterioran el entorno natural y cultural.
La historia de ‘Juan Salvador’, radica justamente en lo referido; ir más allá del comportamiento natural de las gaviotas (beligerantes y con una idea de volar limitada), actitud por la que Juan es expulsado de la bandada.  
Sin embargo, la historia de Bach no hace a Juan Salvador un ser que desprecie su origen; al contrario, es volar también para aprender y enseñar a la bandada que hay otros mundos que se logran a través del amor, del respeto y el perdón.
La libertad no es finalidad, si no está vinculada a mostrarles a otros esa capacidad.
Después de muchos años entiendo la lección de Richard Bach, de quien me entero que actualmente vive en Illinois, cuenta con 75 años, y su etapa de piloto de aviación se refleja en su faceta de escritor.
Algo ocurre al volar, ¿será que se enriquecen los sentidos?, como le ocurrió a Antoine de Saint-Exupéry, autor de El Principito, entre otras obras.
Una frase de Bach para cerrar esta impronta:
"Eres maestro de lo que has vivido, artesano de lo que estás viviendo y aprendiz de lo que vivirás."
Buen vuelo.