Lecciones para el otoño

 
1. De los árboles:
Desprenderse de lo que no se necesita.
Los árboles reducen la producción de clorofila para enfrentar el invierno.
Sus hojas se colorean de amarillos y marrones, y una vez que se sueltan,
bailan con el viento.
2. De las aves:
Proteger lo que es importante y no olvidar dónde se encuentra.
Los cascanueces, pájaros que viven en los bosques del hemisferio norte,
almacenan su alimento durante el otoño en diversos puntos de su hábitat,
para luego, en pleno rigor invernal,
pese a las densas capas de nieve, recuperarlo.
3. De la luna:
Aprovechar la luminosidad de los instantes.
La luna de la cosecha (septiembre), del cazador (octubre) del castor (noviembre)
y la fría o de las largas noches (diciembre), forman parte de un eterno movimiento.
4. Del clima:
Las condiciones climatológicas del otoño favorecen expresiones como la música,
el teatro, la ópera o los simples paseos por calles cubiertas de ocres y escarlatas.

            ¡Disfrutar la progesividad de la vida, la magia del encuentro!