Consejo de Manuel Vicent

'El tiempo pasa tan de prisa cuando a uno ya no le pasa nada', dice el escritor Manuel Vicent, agregando que los inviernos de la niñez, los veranos de la adolescencia eran largos e intensos porque cada día había sensaciones nuevas y con ellas te abrías camino en la vida cuesta arriba contra el tiempo.
Apunta Vicent que no existe otro remedio conocido para que el tiempo discurra muy despacio sin resbalar sobre la memoria, que vivir a cualquier edad pasiones nuevas, experiencias excitantes, cambios imprevistos en la rutina diaria.
Lo mejor que uno puede desear son felices sobresaltos, maravillosas alarmas, sueños imposibles, deseos inconfesables, venenos no del todo mortales y cualquier embrollo imaginario en noches suaves, de forma que la costumbre no te someta a una vida anodina.
¡Que te pasen cosas distintas, como cuando uno era niño!