Lo tribal por un balón

Fernando Torres, futbolista español que milita actualmente en el Chelsea FC,
de la Premier League de Inglaterra
Ningún contexto más propicio para encontrar rasgos tribales.
En el fútbol, los rostros de los jugadores, directores técnicos y afición, no se limitan a simples muecas; el dolor, el enojo, la alegría, la venganza, transforman los semblantes, llevándolos al límite de la sensación.
Y es un balón, compuesto de rodajas de caucho o vinil, el que despierta todas esas reacciones; basta que su dirección se enfile a la zona de la anotación, para que, de una y otra parte, en las gradas, en el campo y delante de los televisores, hombres y mujeres borren sus cotidianos talantes y se vuelquen en un intenso dolor o en una inmensa alegría, según se trate.
Aunque la derrota siempre es más elegante y estética que la victoria, bastará con un empleo de fuerza en el balón, para que se haga un viaje a la velocidad de la luz, hermanándose con la noche de los tiempos.
‘Somos los mismos, envueltos en novedad’, como reza aquella canción.