El prestigio de la lluvia

La lluvia hace que mujeres y hombres se envuelvan en delgadas capas de elegancia para preservarse secos, dejando que las gotas de lluvia resbalen libres por ellos hasta asociarse con la tierra.
Una gabardina y un paraguas le sienta bien a quien los use.
Esas prendas son un espacio de blindaje amigable, respetuoso del tránsito líquido.
La cinta de la gabardina que abraza al cuerpo o, el cinturón clásico usado por legendarios y contemporáneos diseñadores, asemeja un pasillo transitorio que, una vez recorrido, se abre al llegar a la estancia que ofrece cobijo, confianza, certeza.
El paraguas, escudero, valet refinado. Su porte, máxime si es afilado y largo, lo mantiene hasta en el momento de secarse.
El prestigio de la lluvia también está en los elementos que la hacen resbalar.