Otro mundo

En espera de ver una veleta en fierro con la figura de un gallo estilo Corn Flakes de Kellogg's, miraba al ayudante del maestro herrero soldar un tubo y tomé esta foto con mi teléfono, también pensé:
Si el mundo pudiese volverse a hacer se usaría materia durable, no tóxica, resistente. Se elegiría bien a los habitantes, ninguno que taladre la existencia del otro. Se harían leyes que se cumplieran, pocas pero efectivas. Se elegirían a los gobernantes con base en sus méritos. Sería las artes lo más preciado, no el dinero. No habría represión, desigualdad, pobreza ni injusticia.
La educación permanente de todos los habitantes sería eje. Se laborarían cuatro días, el qinto para el ejercicio de las artes y dos libres.
Los árboles de navidad serían comunitarios, plantados en tierra todos.
El amor sería vértice; la dignidad en uso; el orden como timón y las risas continuas.
El gallo mostrado es lindo, el sueño también, pero irreal; no hay otro mundo en ciernes, sólo hay de una sopa, y... o lo transformamos en un mejor lugar o, lo transformamos en un mejor lugar.