Placeres que frondan

En las copas se advierte el cantar de los pájaros que rondan; esta vez dejo los brazos para que se muevan con las ramas; desde aqui llegan sus aromas de pino y cedro; el resplandor de la laguna a lo lejos.
En su tronco esta ermitaña reposa, cerrando los ojos para que el verbo haga de ella la carne deseada.
Estepas y esteparios a su cruce.
Lejanas y cercanas sus voces.
No hay nada más, sólo un frescor que todo lo penetra.