Mujeres ciudadela


‘To the moon’, Marc Chagall, 1917.

Mujeres carruaje, que viajan nueve meses llevando dentro nueva vida.
Mujeres sembradoras, que día a día abonan, riegan y podan sus frutos, hasta llevarlos a que cosechen por sí mismos sensaciones, pensamientos y quehaceres.
Mujeres volcán, que defienden causas dignas, haciendo temblar el centro de la tierra.
Mujeres  torre que deciden respetarse, revelándose contra la opresión.
Mujeres múltiples, que pueden hacer a la vez tantas cosas, y todas amorosamente.
Mujeres de hierro que caminan firmes, mirando con adhesión a su género.
Mujeres que aman, sueñan y alcanzan firmamentos con el brillo en su mirada.
Mujeres ciudadela, incansables, hombro a hombro con sus parejas, con sus pares.
Mujeres que ríen, danzan, se cultivan, se perfuman, se balancean; de esa magnífica clase de personas, como mi madre, mi hija, hermanas, amigas, vecinas, las que están más lejos, se fueron o recién llegan; entre las que me honra nombrarme.