El vaso de agua

Hegel's Holiday René Magritte, 1957
Un vaso de agua representa la transparencia, la actividad, la enfermedad.
En la mesa, su presencia es menos conceptual que orgánica, más apegada a la costumbre  que al ritual.
El vaso de agua que se lleva hasta la mesita de noche se erige como un imponente monumento a la muerte o a la salvación. En medio de la noche, a lo largo de ella, el vaso de agua vela el sueño y su pasaje interior. El resto de los objetos abandonan al ser que duerme o dormitan juntos a la vez que él. Sólo el vaso de agua, al estilo de las palmatorias, queda en plena vigilia, inmóvil y alerta,  a mano de quien padece la pesadilla o el insomnio, la indigestión o la frustración.
La medicina que se acompaña con un vaso de agua tiene un dejo de dique contra la fatalidad.
Así, un simple vaso de agua nos preside, nos atiende o nos disuelve en él.
Visto de este modo, allana, aplaca, lleva la vida líquida a las extrañas.