Simbiosis

¿Las computadoras nos parodian o, somos nosotros los que cada vez nos parecemos más a ellas?
Pensemos en la lap-top, que nos sigue como el perro en el jardín.
En sus extrañas lleva más documentos de los que cabrían en un inmenso baúl; más fotos de las que cabrían en 12 cajas de zapatos; más música de la que podría almacenarse en 300 cintas.
Sin embargo su peso no es más allá del kilo y medio.
En nuestra cabeza ocurre igual: caben obsesiones, fantasías, deseos, rencores, agradecimientos, colores, tanta cosa que no podríamos meter en un camión de mudanzas.
Lo que en nuestra infancia nos hubiese parecido un episodio de ciencia-ficción empieza a ser realismo costumbrista.
La lap materializa todo lo que nos pasa por la cabeza; de este modo entendamos cuando se pone negra su pantalla, por segundos, sin razón aparente; no le es fácil llevarnos a cuestas y necesita sus respiros.