Vientos

Si hay papeles o envolturas frente a tu puerta; tus labios se sienten resecos; las banderas ondean, las nubes brillan y, la ropa tendida al sol se seca más rápido, no es el aire, es el viento.
Al estar el aire en movimiento, se produce el viento, ese que arranca sombreros, azota puertas, transporta semillas.
Eolo, Zeus Kukulcán Quetzalcóatl, tiene distintos trajes.
También diferentes captaciones: rosa de los vientos, veletas, giraldas anemómetro.
En la escultura, Niké lo describe.
‘After all, tomorrow, is another day’, la frase que condensa «Lo que el viento se llevó».
Horror gótico: ‘Hasta el viento tiene miedo’ (1967).
Hay ‘cazadores del viento’, también, quienes beben los vientos (del otro), se confiesan a los cuatro vientos o, van contra viento y marea. Varios vientos, sirocos o mistrales, también en los adentros humanos.
Con vientos se mueven molinos, barcos, semillas, energías, sentires. También las palabras viajan de norte a sur, y de éste a oeste, como las de Octavio Paz:
«Cantan las hojas/bailan las peras en el peral/gira la rosa/rosa del viento, no del rosal […] Nada soy yo/cuerpo que flota, luz, oleaje/ todo es del viento/ y el viento es aire siempre de viaje».